
Su vida transcurría a diario por el filo del desastre. No había podido serenar esos días con nada. Probó la soledad; probó el amor; la pintura; las letras; el alcohol... Determinó que, realmente, ya había tocado fondo y definió la inutilidad de su vida como algo real, perceptible. Tumbada en las vías en espera del tren que la llevara al infinito, prendió un cigarrillo , dejando su mente en blanco.
Oyó unos leves pasos que se acercaban. Una pequeña niña se le acercó mirándola fijamente con cara de reproche. Le cogió la mano y tiró de ella.
- Vamos mamá - le dijo - Llegaremos tarde a la cabalgata.
Se levantó, se limpió la ropa, y siguió a la niña que ya se alejaba de las vías con paso rápido y cara enfadada.
Vetero
Siempre hay algo o alguien por lo que seguir.
ResponderEliminarNo todo está perdido.
Un beso
...me has hecho llorar....este post me trae recuerdos.
ResponderEliminarGracias.
Estar es un verbo que no es fácil verbalizar en nuestro andar.No es menos fácil vivir,sin duda que no; no estoy en posición de decir si vakle la pena o no; pero lo que creo si, es que es tu deber seguir estando,siéndo y viviéndo; por que?? por ti te lo debes siempre nos los debemos.
ResponderEliminarP:D
En el sofa de Stevce dices para que volver si a nadie le interesa: Creo que es de sumo interes a esa casa que uno construye tener los pasos el latido de qui´´en hizo de ella un hogar,pra ti y para aquellos que cruzaron el umbral de su puerta para senmtarse en su sofa.Por ti y por ellos es bueno volver.
Mariella
Pûes... me pareció un poco Gore, ya ves
ResponderEliminar